La democracia se mide, entre otros, por la calidad del servicio de la seguridad pública que ofrecen los gobiernos, por ello me uno a las voces de los que consideran que el haber derogada el Código Ético de la Policía de Cataluña, Cataluña dio un paso atrás en lo que a democracia se refiere.
Convergencia y Unión (Convergencia i Unió, CiU), el partido político que gano las elecciones pasadas en Cataluña, una de sus primera acciones que tomó al llegar al poder fue dejar sin efectos el Código de Ética de la Policía de Cataluña que el anterior gobierno socialista había aprobado en noviembre del 2010.
La idea del Código Ético de la Policía de Cataluña, tiene su origen en la Recomendación ® que el Comité de Ministros de los Estado miembros de la Unión Europea, emitió desde el año 2001. Vale recordar que dichas Recomendaciones tienen como finalidad servir de alertas tempranas en temas conflictivos y que a criterio de dicho organismo, los países asociados deberían de traducir a sus realidades locales, convirtiéndolas en leyes en aras a evitar mayor conflictividad futura.
A guisa de ejemplo, ello ha sucedido en Cataluña en los temas de conflictos familiares y de jóvenes menores en conflicto con la ley penal, por citar dos no más, que dicho organismo ha recomendado atenderlos desde la mediación, por ser este un instrumento que posibilita la comunicación y vela por el menor. A dichas Recomendaciones (la R (98)1 y la R 87/20), el gobierno catalán respondió acogiendo dichas iniciativas y las convirtió en leyes: la Ley 1/2001, referida a la Mediación Familiar y la Ley Orgánica 4/92 que atiende el conflicto de menores, que hoy día son modelo en España y en países de América.
Ahora bien, en lo que tiene que ver el tema policial, el Comité de Ministros de los Estados miembros de la Unión Europea “…recomienda a los gobiernos de los Estados miembros inspirarse, en sus legislaciones y prácticas internas, y en sus códigos de conducta en materia de policía, en los principios enunciados en el Código Europeo de Ética de la Policía que figura en anexo a la presente recomendación, con objeto de garantizar su puesta en práctica progresiva y su más amplia difusión posible.”
El Gobierno socialista saliente con Joan Saura como Consejero del Interior, creyó conveniente acoger la Recomendación europea sobre el código ético para la policía y para instrumentalizar dicha iniciativa en Cataluña, creó el Comité de Ética de Cataluña , un órgano independiente y de carácter consultivo, presidido por Carlos Jiménez Villarejo y donde tenían asiento profesionales provenientes de la judicatura, la policía y la universidad.
Cataluña pasaba a ser pionera en dicha iniciativa, al hacer suyo el Código Ético para la policía Catalana. Los medios cubrieron la noticia como un gran logro democrático para Cataluña:
“La entrada en vigor del código ético de la policía de Catalunya es una buena noticia para el sistema democrático y para las policías de este país.”
El Código Ético de la Policía de Cataluña a partir de su capítulo VI se ocupaba de temas centrales como son: la detención y custodia de personas detenidas, pasando por el uso de la fuerza y las armas de fuego, donde hace hincapié en los principios de “congruencia, oportunidad y proporcionalidad”, terminando en temas que marcan la actualidad como son la violencia de género e inmigración, y unos no menos importantes como son la formación, responsabilidad y control de la función policial.
En resumen, dicho código ético, era una hoja de ruta, que sin tener un carácter sancionador orientaba la labor policial por el camino de la democracia y la proximidad comunitaria.
Adujo para su derogación el Consejero de Interior Felip Puig del CiU, razones de vacios relacionados con la falta de consenso en la elaboración de dicho código y la reacción negativa que éste despertó en altos mandos de la policía catalana, que calificaron a la Comisión de Ética como un elemento de “intrusismo” en sus labores. Así mismo, dejo sin efecto la instalación de cámaras de video-vigilancia que se habían instalado en las dependencias de la Generalidad desde el 30 de Junio del 2010.
Las reacciones a esta decisión no se han hecho esperar. La Coordinadora para la Prevención de la Tortura que está integrada, entre otras entidades, por Justicia i Pau, la Comisión de Defensa del Colegio de Abogados de Barcelona, el Instituto de Derechos Humanos de Cataluña, el Observatorio del Sistema Penal y de los Derechos Humanos de la UB y la Asociación Catalana para la Defensa de los Derechos Humanos, califico el hecho como “un gran retroceso”.
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Links de interés relacionados con el artículo.
http://www.gencat.cat/eadop/imatges/5757/10307144.pdf
http://www.google.es/url?q=http://cita.es/policial/internacional.htm&sa=U&ei=hZNBTc2SKo7B8QP348RM&ved=0CA0QFjAA&sig2=HKWMTJp91fsXu-3FsF26eg&usg=AFQjCNGMKSGBoOwS-Z9_XseuJ-_6hJ5vxg
Producto de dicha derogación ya han dimitido al Comité de Ética de Cataluña, la Catedrática Merche García Aran y su presidente el ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo quien advirtió la necesidad del Código de Ética de la Policía de Cataluña, entre otras por las «excesivas denuncias penales formuladas» en los últimos años contra los Mossos d'Esquadra —659 en los últimos tres años, que han desembocado en 410 juicios y 28 condenas—, «justifican la adopción de medidas de control, no sancionadoras, que contribuyan a reducir drásticamente cualquier forma de abuso o discriminación en el desarrollo de sus funciones».
La policía ofrece un servicio público de seguridad por lo que éste debe ser abierto y transparente a la sociedad, pues ello a más de ser algo de la naturaleza de un servicio público, es un gran generador de confianza. Confianza que dicho sea de paso no goza mucho la policía en Cataluña. Por ello un instrumento como el Código Ético de la Policía de Cataluña debe ser visto por la policía como algo a su favor que les permite generar confianza ciudadana, a la par que mejora la calidad del servicio.
De otro lado, en el mundo global estamos enfrentando nuevos conflictos sociales, que conllevan mayores demandas sociales a las que se debe responder con ofertas policiales novedosas y acopladas a la realidad. En esta oferta y demanda moderna, se corre el riesgo de perder la calidad del servicio de las instituciones y cuerpos de seguridad encargados de la seguridad ciudadana. Por lo anterior la policía no debe ser reacia al control externo de su labor, máxime cuando diferentes estudios e investigaciones lo recomiendan. (Frühling, Tange, Ferret, Curbet, entre otros).
La democracia se mide, entre otros, por la calidad del servicio de la seguridad pública que ofrecen los gobiernos, por ello me uno a las voces de los que consideran que el haber derogada el Código Ético de la Policía de Cataluña, Cataluña dio un paso atrás en lo que a democracia se refiere.
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Links de interés relacionados con el artículo.
http://www.gencat.cat/eadop/imatges/5757/10307144.pdf
http://www.google.es/url?q=http://cita.es/policial/internacional.htm&sa=U&ei=hZNBTc2SKo7B8QP348RM&ved=0CA0QFjAA&sig2=HKWMTJp91fsXu-3FsF26eg&usg=AFQjCNGMKSGBoOwS-Z9_XseuJ-_6hJ5vxg