...A LA GUERRA...

LOS ESTUDIANTES A LA GUERRA, lo que le faltaba a Medellín.


ANTE EL FRACASO DE LA POLITICA DE SEGURIDAD DEMOCRÁTICA EN MEDELLÍN, EL PRESIDENTE URIBE PRETENDE VINCULAR A LOS ESTUDIANTES EN EL CONFLICTO ARMADO QUE VIVE LA CIUDAD

El Presidente de Colombia ha sido objeto de innumerables denuncias internacionales por involucrar la población civil en el conflicto armado que vive el país, la última es una campaña que se desarrolla en Cataluña, España, donde en uno de los apartados se lee: Su política de “seguridad democrática” (refiriéndose al Presidente Uribe) se basa en una ofensiva militar contra la guerrilla en la que involucra a la población civil, obligándola a realizar actividades de inteligencia propias de la policía y el ejército [1].


No obstante, el Presidente ha hecho oídos sordos a estos reclamos internacionales y no contento con ello, ahora anuncia una medida que produce inseguridad y es antidemocrática, consistente en involucrar a la población civil estudiantil de Medellín en el conflicto armado que vive la ciudad en los últimos meses donde se ha incrementado el índice de homicidios en un 64%.


La noticia se dio a conocer en los siguientes términos:


“El Presidente anunció la decisión de “vincular a través de la Fuerza Pública mil jóvenes estudiantes de Medellín. ¿Requisito?, que sean estudiantes, que estén estudiando, como informantes de la Fuerza Pública para desterrar el homicidio”. Agregó que los jóvenes recibirán al mes cien mil pesos, “a título de bonificación”. Según el Primer Mandatario, la decisión es respaldada por el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos y el alcalde de la ciudad, Alonso Salazar”[2]


Del anterior anuncio preocupa, entre otras, la aprobación de la medida por parte del Alcalde de la Ciudad de Medellín, pues parece que su reacción tardía y su escaso liderazgo para parar la ola de crímenes en la ciudad, le dio margen al Presidente para militarizarla y ahora meter a los estudiante en el conflicto interno armado, bajo una propuesta temeraria de chivatos a todas luces antidemocrática, peligrosista y demandable ante los tribunales internacionales. Sr. Alcalde, ahora le va tocar poner subestaciones de policía, no solo en el Barrio Santo Domingo como lo anunció, sino en todas las escuelas y colegios de la ciudad para protegerlos de los que se sientan amenazados por la medida.


Las políticas de chivatos y de sapos, si bien ha dado algunos resultados puntuales que se publicitan en los medios con bombos y platillos, han producido unas efectos colaterales nefastos en la historia del país, llenos de venganza y violencia.


Por mandato constitucional, los ciudadanos deben denunciar a quienes infringen la ley y el Estado por otro lado, tiene la obligación de proteger al denunciante. Pero esto el Estado Colombiano ha sido incapaz de llevarlo a cabo, el ejemplo lo tenemos en los EEUU, donde los grandes capos extraditados que están delatando en las cortes norteamericanas a sus compañeros de fechorías a cambio de rebajas de pena y una nueva vida en el país del norte, les han exterminado sus familias en Colombia. ¿Qué puede pasarle entonces, a un indefenso estudiante de un barrio popular de Medellín que por cien mil pesos delata al jefe de la banda de su barrio?.


Uribe ha puesto en el punto de mira a todos los jóvenes estudiantes pobres de la ciudad, porque una persona mayor que está haciendo estudios superiores no va a correr semejante riesgo, tampoco los de los colegios y escuelas privadas de estrato 6 del Poblado y Llano Grande, a los que cien mil pesos no les hace falta. Otras vez los mismos: los jóvenes pobres, que en la década de los noventa le demandaban al entonces Ministro Serpa: “Ministro, queremos llegar a viejos como usted, ayúdenos”, pero no atendimos el llamado y todos han muerto jóvenes.


¿Será que el Presidente de la Seguridad Democrática no está contento con que los muertos de la ciudad sean, en su mayoría, jóvenes desescolarizados, desempleados y pertenecientes a bandas?, y ahora quiere poner en estado de vulnerabilidad a los jóvenes estudiantes de los sectores populares. Cabe preguntarse ¿por qué el Presidente delimitó los informantes a estudiantes, por qué no lo dirigió a los conductores de transporte público que son víctimas de la extorsión y el chantaje por parte de las bandas o a los vecinos del barrio el Poblado que son objeto de asaltos motorizados o a las mujeres maltratadas por sus parejas o por qué no lo dejó abierto a toda la población que quiera delatar a cambio de los cien mil pesos?. ¿Por qué a los estudiantes? ¿Qué hay detrás de este señalamiento presidencial?.


¿Qué dirán los estudiantes, los padres de familia, los rectores de las escuelas, colegios y universidades, la Personería, los demás Alcaldes del Área Metropolitana, los Organismo Internacionales los defensores de los derechos de los niños y los jóvenes, la comunidad internacional en general?.


El dinero de las recompensas, como el del narcotráfico es un dinero maldito, uno y dos: nadie en la ciudad de Medellín, es tan suicida como para denunciar a un sicario por cien mil pesos. Por favor Señor Presidente, retire la medida antes de que sea tarde y tengamos que recoger cuerpos de jóvenes muertos en las aulas de clase en el barrio Santo Domingo, en los Populares o en la Silla, producto de la ineficacia del Estado de dar seguridad con los medios institucionales que posee para ello.


[1] http://www.colombiapauenmoviment.org/
[2] http://www.semana.com/noticias-conflicto-armado/estudiantes-medellin-informantes-sueldo/134192.aspx