Guillermo Lehder Carlos Lehder
Fotos de Univisión Noticias y el Espectador
“ Yo me sentía manchado, marginado y opté por irme para Medellín…”[1]
Carlos
Lehder
Con la salida de
Carlos Lehder de la cárcel y con su regreso a Colombia, lejos de interesarme si
le debe algo a la justicia colombiana o no, me hago varias preguntas: ¿cómo
llegó a ser uno de los narcotraficantes más poderosos de América Latina? ¿que
lo llevó a ello? ¿pudo él o su familia haberlo evitado?; y otra pregunta que
será objeto de un segundo artículo: ¿en qué se transforma una persona que ha
estado encerrada durante 11.880 días y noches de su vida? Obviamente, se ha
transformado, pero ¿en qué?, debe haber mutado de epidermis, en el cuerpo y en alma,
producto de la espera, la esperanza y la desesperanza, el perder todo, pues en
la cárcel, todo se pierde, es un perder permanente, 33 navidades perdidas, 33
cumpleaños perdidos… ¿Quién es hoy Carlos Lehder?
A continuación,
me ocuparé de la primera inquietud, ¿qué o quién pudo haber salvado a Carlos
Lehder de la vida que llevó?, ¿pudo haber sido un ciudadano normal y corriente
en Colombia, país de origen de su madre Elene, o en Alemania, país de su padre Guillermo?
La niñez e
infancia de Carlos Lehder estuvo marcada por la prosperidad económica de su
familia en Armenia, Colombia, y el fracaso económico producto de la persecución
contra los alemanes que los EE UU implantaron en Colombia en la Segunda Guerra
Mundial, lo que produjo que a su padre le quitaran todo lo que tenía en
Colombia, quedando en banca rota, siendo considerado un peligro nazi para los
colombianos[2].
Esto último alimentó, en Lehder un sentimiento anti norteamericano, de
activismo y beligerancia que lo caracterizó en el Cartel de Medellín.
La carrera
delictiva de Carlos Lehder se inicia a los 19 años en los EEUU, cuando por
posesión de 300 libras de marihuana y conspiración de carros robados es
condenado a dos años de cárcel. Lehder, aún, no conocía la cocaína. [3]
Al salir de
prisión luego de pagar la condena, regresó a casa de sus padres, donde le abrió
la puerta su padre Guillermo, quien sabía que su hijo acababa de salir de la
cárcel. Éste le preguntó que qué pensaba hacer y Carlos le respondió que
regresar donde ellos, a casa, a lo que Guillermo le respondió, que, en su
techo, o sea la casa de los padres de Carlos, no podía recibir un delincuente,
pues su cultura alemana no le permitía dar albergue a un criminal, a un
convicto… “Yo me sentí manchado,
marginado y opté por irme para Medellín y allí empezó todo el episodio de la
exportación de cocaína” [4]
Con ese portazo
de Guillermo, Carlos toca la puerta de otra “casa”, la cual le abrieron de
inmediato: la del Cartel de Medellín. Es así como Carlos Lehder se convierte,
con los años, en uno de los jefes del Cartel más violento y criminal que se
tenga noticias.
¿Qué habría
pasado si Guillermo su padre le hubiera abierto la puerta de su casa? ¿Carlos habría
parado su carrera delictiva que recién iniciaba?
Según JOHN BRAITHWAITE, sí.
El australiano J. Braithwaite, ha
desarrollado la teoría sociológica de la vergüenza
reintegrativa[5]:
-
En la que se reprocha el acto
criminal pero no a la persona que lo cometió.
-
En la que hay desaprobación
familiar y comunitaria al acto cometido, pero, seguida de gestos de
reaceptación del sujeto que incurrió en tal conducta.
-
Donde se aplica el juego armónico
entre la desaprobación y la reaceptación.
-
En la que se evita la humillación,
la desintegración, la reacción social negativa y la estigmatización.
-
Donde el arrepentimiento, logra el
olvido y el perdón.
-
Teoría en la que la vergüenza
aparece cuando falla la conciencia, y a la vez se convierte, aquella, en
constructora de ésta.
-
Finalmente, la vergüenza reintegrativa,
puede evitar el inicio de la carrera criminal.[6]
Es muy difícil
prever lo que hubiera pasado con la vida de Carlos (hijo) si Guillermo (padre),
no le hubiera cerrado la puerta, cuando recién salió de la cárcel por primera
vez, siendo un joven avergonzado, arrepentido, que buscaba el calor de hogar y
el perdón familiar, pero casi con absoluta seguridad, creo, que su suerte
hubiera sido otra.
Esto pasa hoy en
Colombia en núcleos familiares autoritarios e intolerantes, por fortuna cada
vez menos, donde expulsan de la familia a las hijas adolescentes porque quedan
embarazadas, a los hijos por que consumen droga, y qué decir de los que salen
de la cárcel, nunca se les vuelve a recibir,
quedando a merced de las bandas del barrio y la criminalidad organizada.
A este punto,
vale la pena recordar las palabras del poeta colombiano Guillermo León Valencia[7]:
¿Quién me dirá si un huevo es de torcaz o
víbora? La mente no sabe leer lo que en el tiempo asoma: el hombre, como el huevo,
en nidos de dolor será serpiente, ¡en nidos de piedad será paloma!
Adenda.
ATENCIÓN. El juzgado 02 de control de garantías legalizó
la captura del excapo del cartel de Medellín, Carlos Lehder, y expidió la
boleta de detención provisional en su contra.
El lunes 31 de marzo, Lehder será puesto a disposición
del juzgado 18 de ejecución de penas y medidas de seguridad de Bogotá , que
resolverá situación jurídica. (La w Radio Colombia).
[1] Entrevista de Carlos Lehder, en la W Radio.
15 de enero de 2024.
[2]
Declaración del cónsul de Estados Unidos en Cali, Howard E. Bowma. Guillermo
Lehder:
El padre de Lehder. Por GERARDO REYES.
[3] Entrevista de Carlos Lehder. en la W
Radio. 15 de enero de 2024.
[4] Ibidem
[5] BRAITHWAITE, JOHN. "Crime, Shame and
Reintegration". Cambridge, Univ. Press, Redwood, Ltd. London,
1989:
[6] Langon Cuñarro , Miguel LA TEORÍA DE LA
VERGÜENZA REINTEGRATIVA DE JOHN BRAITHWAITE
[7] Guillermo Valencia. Anarkos. Poema.